¿A qué se debe el atraso económico de América Latina?

jueves, 7 de octubre de 2010

Los servilismos del macro-sistema económico

El fin de la modernidad es un hecho contundente. La economía, la educación, los sistemas de gobierno, las ideologías, la religión y prácticamente todas las estructuras de la sociedad entrarán en una fase de profunda transformación.

El modelo económico del capitalismo radical inspirado en las ideas del capitalismo clásico de Adam Smith (siglo XVII), cuyo objetivo fundamental es lograr rentabilidad, incluso a costa del beneficio del hombre mismo, parece haber llegado no a su fin, sino a su fase culmen  "el imperio de las corporaciones".

El capitalismo radical ha dejado de ser un sistema económico para convertirse en una macro organización de poder mundial.

Habiendo sentado las bases para lograr el dominio del capital internacional, cuya expresión visible son las corporaciones y la expresión virtual es el sistema financiero internacional, la macro-organización (élite) capitalista está lista para el paso definitivo: el gobierno de la economía global a través de las corporaciones.

Este macro-sistema ejerce su poder dentro de las naciones usando como sus operadores a sus corporaciones internacionalizadas y globalizadas.
Y esta influencia es más peligrosa debido a que se manifiesta como un modo de vivir impuesto a través de sub-sistemas, en los cuales se encuentran el consumismo, ocasionado entre otras cosas por la práctica comercial de llevar a la obsolencia a productos y servicios, tan rápidamente como sea necesario. El ejercicio demagógico de gobernar; demagógico porque es una práctica poco cuestionada que gastar los impuestos o los préstamos, no son de ninguna manera algún tipo de logro personal o partidista; más sin embargo sucede una y otra vez que los gobernantes se "visten" de héroes por el simple y sencillo hecho de gastar ¿Acaso no hay muchísimo más mérito en obtener y crear riqueza que en gastarla? Y si así es, entoces ¿Por qué habría que aplaudir o permitir que este hecho se convierta en un arma propagandista?
Finalmente, uno de los sub-sistemas del capitalismo radical, que ha sustituido al capitalismo clásico es la psicología capitalista. Este sub-sistema ha sido fuertemente promovido por la televisión para aprovechar y explotar al máximo las técnicas de la mercadotécnia, la cual es mezclada con prototipos o super seres que poseen un bienestar divinizado. Lo que termina por masificar el pensamiento colectivo y por lo tanto su preferencia de consumo. No cabe duda que usar de prototipo a los atletas más famosos o artistas mundialmente conocidos, o darle atributos casi milagrosos a productos para bajar de peso por citar alguno, inclina fuertemente la preferencia o tendencia de consumo de millones y millones de personas.
Esta psicología sirvió como uno de los medios de manipulación más poderosos en el Siglo XX. Para este nuevo siglo y nuevo milenio, el tentáculo del sub-sistema psicológico irá más allá, para poder crear nuevas y mejores formas de adicción al consumo irracional y una fuerte fidelidad a las corporaciones, tal vez esta sea lamentablemente la estructura de pensamiento que sustituya al amor por la Patria o el respeto a la vida humana.



Ahora bien, para poder lograr que el imperio de las corporaciones sea un hecho, estos sub-sistemas, alineados al macro sistema, ejercen estos cambios  logrando un servilismo individual y colectivo, el cual se manifiesta de muchas y muy variadas maneras. Yo destaco estas tres:


a) El endeudamiento público impagable.- Las sociedades tienen y cada vez tendrán más obligaciones para pagar los bonos colocados en el mundo bursátil y que sus gobiernos han adquirido bajo el argumento de aprovecharlos para impulsar la inversión y el empleo.

Este esquema de endeudamiento, por cierto sin riesgo para sus acreedores, dinero curioso como lo llama Kenichi Ohmae, cobrará factura a sus supuestos beneficiarios: los ciudadanos comunes y corrientes. Esto sucederá porque el nivel de endeudamiento público ya ha rebasado hoy cualquier posible alternativa de solución; la posible salida será que los gobiernos ejercerán políticas de recaudación fiscal de una agresividad nunca antes vista y en caso de no poder pagar, serán entonces las corporaciones especialmente del sistema financiero, quienes dicten condiciones agresivas en las naciones morosas para recuperar su capital.

b) El encanto psicológico de la modernidad.- 
Esta servidumbre no solo se da en el campo financiero, se da también en la psicología deslumbrante y fascinante que propone la modernidad: ser guapo, rico, poderoso, bien vestido y altamente pudiente, genera una servidumbre colectiva porque lleva en muchos casos a amenazar la economía familiar. Y aunque ese prototipo de vida no está ni ha estado nunca al alcance de todos (como lo prometía la modernidad); entonces sucede que al no poder lograr ese sueño, se incurre en endeudamiento y morosidad crediticia; o más dramáticamente lleva a los seguidores de esta mentira mercadológica al terreno de la delincuencia. En México esa es parte de las causas por las que el narcotráfico ha permeado entre empresarios, profesionistas o jóvenes estudiantes.

c) El trabajo y el hombre al servicio de los accionistas.-
Ya sea el mejor y más famoso CEO de cualquier firma, el gerente de producción, el obrero, la cajera, el vigilante, llámese como se llame o gane lo que gane, la labor más importante de cualquier trabajador es generar rentabilidad. Al ser así, entonces todos los miembros de una corporación están al servicio de los accionistas (usualmente  extranjeros, desconocidos pero siempre exigentes y amenazantes). Este tipo de servidumbre lleva a los directivos de empresas, a tomar decisiones agresivas para eliminar fuentes de trabajo, incrementar los niveles de producción al límite máximo posible, afectar las cadenas productivas al reducir sus márgenes de utilidad al borde de la quiebra, etc. Todo en aras de la rentabilidad exigida por los accionistas.
Estos efectos de la modernidad sobre el trabajo y el hombre es que los trabajadores cada vez trabajan más y cada vez reciben menos. El deterioro del poder adquisitivo es un fenómeno mundial, no así las grandes fortunas de los monopolistas o los ingresos multimillonarios de las corporaciones.

¿Cómo ha sido posible que legiones de trabajadores en todo el mundo sigan esta forma de esclavitud? Porque en este esquema de dominio no hay más opción si se pretende subsistir "adecuadamente".
A cambio de generar productividad, rentabilidad, valor agregado y prestigio a las corporaciones, los trabajadores reciben un salario insuficiente y servicios de salud ineficientes. Alcanzar la adquisición de un inmueble es inevitable la adquisición de un préstamo bancario, para lo cual el trabajador deberá pagar con un enorme esfuerzo mes a mes durante al menos los próximos 5 años, en contraste los bancos reciben a cambio una rentabilidad jugosísima.





¿Cómo innovar los tres servilismos de la modernidad?

Desde mi punto de vista, es crucial que la nueva era defina un modelo económico más centrado en la prosperidad de las sociedades y no en la prosperidad de las corporaciones o los grandes capitalistas.  Para esto seré necesario crear una conciencia colectiva que desnude y alerte a todos sobre la amenaza que representa El Imperio de las Corporaciones.

Adicionalmente, es necesario que los gobiernos mantengan un marco legal (una mano visible)  muy extricto para evitar la erosión social, política y económica que puede provenir de las prácticas de negocio corporativistas.

En la nueva era, la educación puede ser la clave de la solución de la especie humana frente a las corporaciones. En este sentido, es urgentemente necesario formar y educar a las personas para que sean capaces de crear nuevos esquemas de negocios regionales o locales, basados en una auténtica solidaridad y genuino interés por los sectores más desfavorecidos y olvidados en la modernidad. Esto permitirá hallar nuevos medios y canales de distribución, se alentaría más el consumo interno, la sustentabilidad, el ingreso, el ahorro, la exportación selectiva y empezaríamos a ser menos dependientes y estar más alejados de los tentáculos nocivos de la nueva era.

Seguramente muchas de las instituciones que conocimos en la modernidad desaparecerán. ¿Qué nuevas instituciones, formas de gobierno, modelos de negocio o modelos educativos emergerán? ¿Qué hacer para que estas sean más benéficas para la institución de la familia, la sociedad y para el ser humano?

No lo se aun. Lo que sí se, es que algunos ya echaron a andar su maquinaria de innovación y trabajan horas extras para construir un nuevo orden mundial.
Si no somos capaces de influir en la definición de ese nuevo destino, seguramente llegaremos al rumbo menos deseado.

Es hora de actuar con innovación y mucha determinación.
Es hora de no perder más tiempo.

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