¿A qué se debe el atraso económico de América Latina?

martes, 15 de septiembre de 2009

Oportunidades de innovación en la Gestión Pública en Latinoamérica

Latinoamérica tiene algunos retos urgentes por resolver: la pobreza extrema, el hambre, la marginación y la falta de acceso a la educación. Estos problemas son, el resultado de la falta de desarrollo integral en una gran parte de la población. Me refiero a la falta de desarrollo integral,
no solo a la carencia de servicios básicos y al desempleo, sino en general a la ausencia de calidad de vida humana. Las regiones con altos niveles de marginación y pobreza en latinoamérica, viven en condiciones vergonzosamente inhumanas.

Desafortunadamente, el pensamiento "estándar" latinoamericano, trata de explicar y justificar esta dramática realidad, basándose en cuestiones históricas o en la irresponsable actuación de sus gobernantes. Pero poco o nada se habla sobre la responsabilidad que los ciudadanos concretos y su entretejido social ha tenido en los magros resultados de la gestión pública. ¿Hasta cuándo asumiremos con adulta madurez, que hemos sido nosotros y nadie más que nosotros los
responsables de nuestro presente?

Aunque sea una frase gastada, tenemos que reconocer con profunda sinceridad que nuestros malos gobernantes son el reflejo de los malos ciudadanos que hasta ahora hemos sido.
Por supuesto que los líderes políticos tienen una gran responsabilidad frente a la historia y frente a la realidad concreta de los millones de pobres que sus errores han creado; por supuesto que es inevitable su responsabilidad en los fracasos siempre recurrentes en la administración de los bienes de las naciones latinoamericanas. Más sin embargo, nosotros - usted y yo - se los hemos permitido.

La lectura de esta realidad es un buen punto de partida y una referencia de los errores que debemos evitar y de las responsabilidades que debemos de asumir.

La solución a los retos que enunciáramos al inicio es impostergable.
¿Y por qué es impostergable resolverlos? por dos razones fundamentales. Primero porque de no hacerlo, seguiremos teniendo países fraccionados, sin intereses ni objetivos comunes, contraponiéndose una y otra vez a cualquier iniciativa que pretenda mejorar la situación. Porque no se puede pensar en el desarrollo de una nación, mientras el precio de la bonanza de unos pocos es pagada con la miseria de muchos*. No pretendo con esta idea, presentar al comunismo como alternativa de solución, ya que esta ideología ha demostrado su rotundo fracaso. Más bien propongo innovar la función del estado para lograr que la generación de riqueza en la base de la pirámide, se quede y se acrecente ahí, y no solo en la cúspide.

El segundo fundamento es que quienes padecen en carne propia estas condiciones indignas, son seres humanos, personas concretas que viven en condiciones concretas, contrarias a su realidad de ser humano. Tal vez este argumento parezca demasiado obvio para explicarlo, sin embargo considero absolutamente necesario, que entendamos que los errores en la decisiones del gobierno o la indiferencia de la sociedad ante el problema incide en la realidad de niños, niñas, hombres, mujeres y ancianos con nombre y apellido.

Antes de abordar las posibilidades de innovación en la gestión pública en Latinoamérica, quisiera alertar sobre el falso liderazgo que podrían ejercer los "mesías" o "falsos profetas" de la política, líderes populacheros y demagogos profesionales, que ofrecen recetas mágicas e ilusas para resolver estos problemas. América Latina no requiere de caudillos ni de redentores sociales, ni mucho menos de dictadores. Quien quiera que proponga y trate de convencernos de que cuenta con la pócima maravillosa del progreso y el desarrollo, y que para ello requiere ostentar el poder político y ofrece atajos de corto plazo para su solución, ese es un mentiroso.
Los retos de nuestra región solo podrán ser resueltos por al grueso de una sociedad unida, cohesionada en el interés genuino de mejorar las condiciones inhumanas de nuestros conciudadanos, tarea en la cual, estos últimos deberán participar intensa y activamente.

Ahora bien, las posibilidades de innovación en la gestión pública, radican en el hecho mismo de que la exigencia de la situación la ha superado. La administración del estado, debe ser replanteada en su totalidad porque ya no satisface ni corresponde a la necesidad de desarrollo actual.

Mi propuesta es que el estado deberá reducir su tamaño y plantearse un ejercicio del gasto público mucho más efectivo, honesto y totalmente transparente. En este sentido, el estado deberá ser el encargado de asignar el gasto para el impulso de un desarrollo económico más equilibrado. El estado debe dejar de ser el patrón benevolente que gratifica solo a aquellos grupos sociales que le permiten mantenerse en el poder.

Definir una verdadera estrategia nacional, requerirá no solo de plantear propuestas e ideas innovadoras para lograr unificar el esfuerzo colectivo, sino también deberá lograr que las iniciativas nacionales sean convertidas en la tarea cotidiana de la mayoría de la sociedad.

Se tendrán que encontrar las razones y motivos que nos muevan hacia un mismo sentido, sin tratar de suprimir las buenas costumbres y las tradiciones regionales. Lograr unidad en la diversidad es una tarea que requiere una gran dosis de innovación.

En lo que se refiere a la sociedad y a su relación, selección y elección de la autoridad política, representa también una riqueza de posibilidades inmensas para ser innovada. Desde pensar que el ejercicio del poder debe dejar de ser un "gran negocio" para convertirse en una tarea medianamente bien remunerada, hasta plantear que la obtención de recursos para financiar las campañas políticas deberá de ser responsabilidad de los partidos mismos y no de la sociedad.

Finalmente, el aspecto más importante que debe motivarnos a la búsqueda inteligente y creativa de mejores opciones, es lograr que los beneficiarios del ejercicio del poder político sean verdaderamente las personas y las familias concretas.

Encendamos el switch de la innovación para echar a andar la fábrica de ideas latinoamericanas. No hay tiempo que perder.


Participa con nosotros. Escribe y envía tus comentarios a sergio.m.alamo@gmail.com.|

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.